En la Fundación El Buen Pastor, la sororidad se vive cada día!💜

Te invitamos a leer el testimonio de Lilian Yaneth, participante de la misión en la Seccional San Juan Eudes-Medellín. ¡Quédate con nosotras y nosotros y no te pierdas su historia! 👇🏻✨

Es ese lazo profundo y poderoso que se teje cuando una mujer mira a otra sin juicio, con empatía, y le dice con su presencia: “Estoy aquí para ti. “En la Fundación El Buen Pastor aprendí que no todas las heridas se ven, pero que todas pueden sanar cuando somos capaces de abrazarnos entre nosotras, de escucharnos sin prisa y de caminar juntas, incluso en los momentos más oscuros.

Mi nombre es Lilian Yaneth Mesa, y llegué a la Fundación en un momento muy difícil. Estaba atravesando una profunda tristeza y fue una mujer, una compañera que ya hacía parte del proceso, quien me habló de este lugar. Gracias a ese acto de generosidad entre mujeres, llegué a un espacio donde empecé a reconstruirme. Desde que llegué, sentí una acogida real: las profesionales, las Hermanas, las voluntarias y sobre todo mis compañeras me mostraron que la sanación no es un camino en soledad. En cada abrazo, en cada palabra de aliento, en cada gesto de comprensión, encontré la fuerza para seguir.

Aquí aprendí que llorar no es debilidad, que hablar del dolor no es quejarse, y que la vulnerabilidad compartida puede convertirse en fortaleza colectiva. Volví a creer en las mujeres, en su capacidad inmensa de sanar juntas, de cuidarse entre sí.
Mi lema desde entonces ha sido: insistir, persistir y no desistir. Porque dentro de mí hay una mujer maravillosa, y gracias a esta red de sororidad, hoy sé que no camino sola.